Comerse por la mañana una rebaná de pan de Alcalá de los Gazules con un enfoscado de 0,3 centímetros de zurrapa colorá empieza a estar, en ciertos sectores del 'estilismo', hasta mal visto. Yo, que soy de desayunar pan con manteca, cuando salgo de los bares bajo la cabeza y voy como avergonzado, temiendo que algún influencer, que son como los filósofos del siglo XXI, me saque un vídeo en Tiktok señalándome y dictando mi expulsión del paraíso desayunista.

Ahora se ha puesto de moda lo de los desayunos 'sanos'. Es curioso que se le dé esta denominación a comerse, por ejemplo, un tazón de frutas del bosque con unas cremas con más nata que un roscón de Reyes, o que se defienda como mucho más saludable que el pan con manteca, un bagels, un pan con el mal gusto de haberle hecho un boquete en medio, de masa congelati y que lleva dentro salmón ahumado y queso Philadelphia, un queso que los gordólogos te prohíben en la primera visita.

Es curioso que te defiendan como 'sano' un desayuno de huevos fritos con bacon, que es el primo hermano de los chicharrones de Chiclana pero con acento de Birmingham y que, además, por lo alto lleve una crema que de baja en calorías tiene la misma veracidad que los gritos de ánimo que pega un qatarí en un partido de fútbol.

El aguacate se ha convertido en la manteca del siglo XXI y aparece por todos lados. Es cuestión de semanas que en algún bar te ofrezcan una rebaná con zurrapa de hígado y aguacates por lo alto, que sería lo mismo que ponerle sirope de arce a un langostino de Sanlúcar.

Y ya prefiero no hablar del tema de la bebida. El que toma café con leche es ya como del antiguo testamento, como un Noé descafeinado. Ahora lo suyo es tomarse algo con pajita. Queda muy fino pedirse un Smothie, que es lo mismo que un batido Puleva de toda la vida, pero con sirope de arce. Muy sano también.

Un día de estos me estoy viendo que saldrá al mercado la 'zurrapa vegana'. Una empresa de nombre 'Sosovegana' dirá que ha sacado unos tarros, evidentemente hechos con cáscaras de plátano y huesos de papaya, bajo el sugestivo nombre de 'zurrapa verde'. Estará hecha de kiwi con las cositas esas negras que tienen en el papel de tropezones. Ese día, el Papa Francisco tendrá que decir algo porque el maligno está muy, muy cerca... y por la boca suelta sirope de arce.