Cádiz CF

Cádiz CF - Celta: vivo de milagro (2-2)

  • El conjunto gaditano empata en el último suspiro y se agarra a la categoría

Un jugador del Cádiz con brazos abiertos en el duelo ante el Celta.

Un jugador del Cádiz con brazos abiertos en el duelo ante el Celta. / Julio González

Era un partido a vida o muerte y el Cádiz CF estuvo a un paso de morir pero se empeñó agarrarse a la categoría de manera milagrosa. Cuando la derrota parecía segura, con 0-2 en la segunda mitad y la guadaña del descenso más presente que nunca, el equipo se rehizo con un tanto de Juanmi y un golazo de Machís por la escuadra en el minuto 99 que puede ser decisivo en la resolución del campeonato.

Una vez más, la falta de acierto en las áreas llevó al límite a un Cádiz CF que no merecía una derrota que esquivó en el último suspiro cuando todo parecía perdido. Es más, si algo mereció fue la victoria que tanto se le resiste. Su contrincante marcó con dos remates. El Cádiz CF tuvo cinco o seis ocasiones claras. Pudo haber marcado más goles. Nunca había generado tanto peligro pero no supo sacar rédito de sus méritos y recurrió a la épica para no alejarse del todo de la salvación.

La situación sigue siendo muy delicada, pero en lugar de los seis puntos de distancia se mantiene a tres del Celta, que abre la salvación. El Cádiz CF sigue vivo y aún puede lograr la permanencia. Eso sí, alguna vez tendrá que ganar porque ya son 22 los partidos sin hacer.

Tras el experimento fallido en Pamplona, Mauricio Pellegrino regresó al clásico 4-4-2 con una llamativa novedad. Dejó en el banquillo a Chris Ramos, máximo goleador del equipo, y arriesgó con su apuesta en punta por Maxi Gómez. A la vista está que no le salió nada bien.

Era una final y así se lo tomaron los de casa con un frenético arranque en modo arrollador. No hubo otro dueño de la pelota que el conjunto amarillo ataviado esta vez con camiseta celeste (dedicado al mar) que 'robó' al Celta, vestido con elástica roja. Ninguno de los dos lució su equipación original.

La necesidad de puntos hizo que los locales empezasen con un ritmo de vértigo difícil de sostener durante hora y media. Buscaron un gol tempranero pero lo que se encontraron fue el 0-1 en la primera llegada de los visitantes en el minuto 11.

Después de un asedio absoluto al área celtiña (un par de saques de esquina, varios centros al área, un detechazo de Iza Carcelén que se escapó cerca del travesaño), bastó una combinación en el otro lado para que Iago Aspas, completamente solo en la frontal, batiese a Conan Ledesma con un disparo con el que alojó el balón en la portería junto a un poste. Inexplicable que un jugador de su clase campase a sus anchas en el área cadista.

El Cádiz CF, que estaba jugando bien, pagó muy caro su candidez defensiva. Ese tanto colocaba al borde del abismo a un equipo que desde entonces afrontaba una auténtica prueba de resiliencia. Con el lastre de encadenar cinco envites sin ver puerta, estaba obligado a hacer al menos un par de chícharos para evitar el desastre (uno como mal menor).

No paró de intentar el equipo de casa aunque sin el empuje del principio. Chocó contra la muralla gallega que trató de romper sin éxito Juanmi en el 16 con un cañonazo que se fue alto. El duelo se equilibró en el juego. Los locales carecieron de ideas arriba (nada que no sea conocido) y los norteños, cómodos atrás y amenazantes a la contra.

Replicó Allende con un tiro fuera tras una jugada de tiralíneas y en el 27, el despeje de un zaguero hizo rebotar el balón en Maxi Gómez y estuvo cerca de colarse en la portería de Vicente Guaita.

El Cádiz CF no daba con la tecla, el tiempo pasaba y la hinchada empezaba a impacientarse. Una secuencia repetida en los últimos tiempos. La paciencia duró poco más de media horas, cuando afloraron los pitos de desaprobación que se mezclaron con cánticos de ánimo.

Pese a las dudas en materia ofensiva, el empate fue una posibilidad cercana a la realidad antes del intermedio. En el 36, tras un saque de esquina, Maxi Gómez lo tenía todo a su favor para marcar con su testarazo, solo frente a la portería, pero el esférico se perdió junto a un poste. Una ocasión clarísima.

Casi sin respiro, en el 38, Juanmi disparó alto y cuando por fin el balón fue a puerta (en el 41), Guaita se lució con una buena parada tras un libre directo lanzado por Rubén Alcaraz. En 45, un remate en boca de gol de Robert Navarro lo sacó un oponente.

El arreón antes del descanso no dio frutos a pesar de una actuación correcta aunque sin acierto en las áreas. La realidad era desalentadora. El Cádiz CF se fue a la caseta con 0-1 y las alarmas encendidas, con la afición impaciente. No le quedaba otra que reaccionar en la reanudación para evitar una catástrofe.

Como no podía de otra forma, los locales dominaron con claridad. Necesitaban el alimento del gol que casi logró Rubén Alcaraz en 49 con una volea que sacó Guaita.

Las intentonas devolvieron la esperanza sobre el césped y en la grada. Lo que faltaba era puntería. En el 53, la pelota se perdió por encima del larguero tras un derechazo de Iza Carcelén.

Pero todo quedó en nada. Sl menos de momento. Puro espejismo. Cual día de la marmota, en el minuto 13 (el 58 en total) de la segunda parte (casi como en la primera), una contra del Celta se tradujo en el 0-2. En una acción casi con más atacantes que defensas, Williot (recién entrado al verde) recibió solo en el segundo palo y batió a Ledesma para en apariencia finiquitar el partido.

Pellegrino reaccionó de inmediato con tres caras nuevas de una tacada: Kouamé, Chris Ramos y Sergi Guardiola. La primera vez que este último tocó el balón fue para servir a Juanmi, que batió a Guaita con un remate a bocajarro para poner el 1-2 en el 66.

Quedaba tiempo suficiente para tratar de impedir la derrota. El estreno anotador de Juanmi como cadista revivió a un equipo que volvió a creer y también a una hinchada que empujó de lo lindo en la que quizás era la última opción de esquivar el descenso.

La recta final del choque se convirtió en una guerra de nervios. El Celta se centró en robar segundos al cronómetro mientras los gaditanos cayeron en los brazos de la precipitación aunque con alguna ocasión. Juanmi rozó el empate en el 79 cuando no consiguió conectar el remata solo delante del cancerbero. Todo ello en medios del caos porque era casi imposible jugar.

Las interrupciones del juego fueron constante entre un equipo que no quería saber nada y otro que atacaba a la desesperada. En el 82, Nuñez interceptó el remate de Rubén Alcaraz en una nueva oportunidad. En la prolongación, Sergi Guardiola no fue capaz de rematar bien delante del portero, que desvió a saque de esquina y de ahí nació el tanto del empate. Tras un rechace, Machís golpeó el balón desde fuera del área y con un golazo puso el 2-2 definitivo que mantiene con vida al Cádiz CF.

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