El Cádiz CF dio un paso más hacia Segunda División con otra lamentable actuación en el duelo andaluz ante el Betis que regaló desde el principio. No hay entrenador que salve esto. Después de la buena imagen del equipo amarillo en las dos primeras citas con Mauricio Pellegrino, la realidad se impuso con toda su crudeza.

Y esa realidad es que el Cádiz CF es incapaz de ganar, ni siquiera de marcar un gol mientras dibuja un panorama desolador. No funciona el bloque, tampoco aparecen las individualidades salvo alguna excepción.

No sorprendió Mauricio Pellegrino con una alineación previsible en su tercer partido como técnico cadista, con suplencia para los tres futbolistas que aterrizaron en el mercado de invierno y un 4-4-2 como dibujo repetido.

Arrancó tan mal el cuadro local que a los 5 minutos recibió un golpetazo fruto de una fatal cadena de errores. Lucas Pires, blando como un benjamín, sucumbió a la presión de Johnny Cardoso en el lateral izquierdo y la pérdida de balón resultó letal. El centro al corazón del área pilló a Willian José completamente solo entre los centrales y con su remate inapelable alojó la pelota en la portería junto a un poste para poner el 0-1.

La pregunta es para qué tanto trabajo durante la semana si después el equipo sale adormilado cuando llega la hora de la verdad. El Cádiz CF no se enteró de nada en un horrible comienzo que derivó en el primer gol en contra desde el aterrizaje del nuevo entrenador.

La empanada fue tremenda, devorado por un ambicioso Betis al que le bastó con una eficaz presión para atacar una otra vez tanto en juego posicional como a balón parado. En el 7, en plena digestión del madrugador tanto, de nuevo apareció Willian José en el área como Pedro por su casa para, libre de marca, cabecear fuera.

Se acumularon las llegadas de los verdiblancos. En el 10, Miranda picó la pelota por encima de Ledesma, que tocó lo suficiente para que el balón no fuese a portería. Casi sin respiro, un libre directo lanzado por Fekir estrelló el cuero en la barrera.

Las sensaciones era de todo menos buenas mientras la lluvia empezó a apretar de lo lindo. 19 minutos tardó en aparecer en ataque el equipo de casa. Lo hizo con una volea de Lucas Pires sin puntería en una inocente declaración de intenciones.

Muy poco ofrecieron los amarillos. Quién no conoce a estas alturas sus carencias en la faceta ofensiva. Le costó sudores firmar algún remate medio en condiciones. En el 25, un flojo testarazo de Chris Ramos llevó el balón al regazo de Rui Silva. Poco antes, Ledesma había impedido el 0-2 con un enorme paradón tras un zurdazo de Fekir desde la frontal del área.

El Cádiz CF no sabía a qué atenerse más allá de poner garra. Qué menos. Incapaz de armar una jugada decente, sufría en defensa, sacaba mal la pelota de atrás, no había desborde por las bandas ni pases interiores. Inquietar a Rui Silva parecía un milagro.

En el 27, Marc Roca casi acertó con un disparo lejanísimo que hizo que el balón se escapase casi rozando un poste. En el 30, tras una nueva indecisión de un desconocido Fali, Ledesma atrapó el cuero en respuesta al derechazo de Willian José.

Los locales, pese a la escasez de ideas, dieron un paso en la recta final de la primera parte en busca del empate. Lo tuvo cerca con, por fin, un disparo peligroso en el minuto 42 cuando un derechazo de Gonzalo Escalante desde el balcón del área, algo centrado, obligó a una meritoria intervención del cancerbero para repeler la pelota y evitar la igualada.

El encuentro quedó sentenciado en la primera acción de la reanudación. Juanmi fue la novedad en la segunda parte y, tras intercambiar una risas con Fekir antes de que el balón se pusiese en movimiento, una pérdida suya en la medular (en el 46) propició un contragolpe mortal de necesidad.

Peor no pudo entrar en escena el delantero, desconcentrado y escudado en una presunta falta que no lo fue. Su error hundió un poco más al equipo. Pablo Fornals, todo calidad, hizo el resto a la contra para marcar un golazo desde la frontal del área con un tiro colocado con la zurda con el que coló el balón junto a un poste. El 0-2 fue un golpe en la línea de flotación de la nave amarilla.

Si al Cádiz CF la cuesta la misma vida hacer un gol, tenía que hacer el doble en menos de 45 minutos para al menos sumar un punto. Una misión de apariencia imposible aunque lo intentó con más corazón que cabeza.

Los pitos brotaron desde la grada ante la incapacidad de un equipo obligado a irse arriba sin rodeos frente a un rival plantado plácidamente en su parcela que no renunció a más posibilidades de gol. En el 56, Pezzella perdonó el tercero cuando mandó el balón por encima del larguero cuando lo tenía todo su a favor en el testarazo frente a la portería cadista. En el 63, Fekir se inventó una vaselina que se escapó alto por poco.

Las ocasiones en el bando local brillaban por su ausencia hasta que en el 65 (20 minutos de la segunda parte) Juanmi tiró a puerta pero la pelota acabó en poder de Rui Silva.

No daba la impresión el conjunto amarillo de poder hacer cosquillas a un adversario ordenado. Pellegrino apostó por Álex Fernández y Sergi Guardiola con 20 minutos por delante. Poco aportaron en un esprint final con todo resuelto y Robert Navarro como la única opción de hacer algo diferente. Un cañonazo suyo (en el 73) que iba camino del gol se topó con un inspirado Rui Silva, que abortó el 1-2 con una gran parada.

Pellegrino quitó al jugador más entonado y lo fio todo los centros al área con la entrada de Maxi Gómez, que se unió en punta a Chris Ramos y Juanmi a una medida a la desesperada. El Betis se dejó llevar ante la ceguera en ataque de un Cádiz CF desnortado, entregado a su suerte mientras la afición pidió la dimisión de Manuel Vizcaíno.