Manuel Gago | Cantaor

"Lo del Cádiz es uno de los regalos más bonitos que podían hacerme"

El cantaor gaditano Manuel Gago.

El cantaor gaditano Manuel Gago. / Julio González

“Esto ha sido de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida”, así define Manuel Gago, visiblemente emocionado, el homenaje que le brindó el Cádiz CF el pasado viernes 29 de marzo en el encuentro que tuvo lugar en el Nuevo Mirandilla frente al Granada. El cantaor gaditano, enamorado confeso de su ciudad, admite que el fútbol es, junto a su familia y sus amigos, el vínculo más especial que mantiene con su tierra. “Todos los fines de semana estoy con mi camiseta del Cádiz puesta como un niño chico, pendiente del partido desde donde sea que me toque verlo”, afirma Manuel con una sonrisa que siempre aparece en su cara cuando habla de lo ocurrido. “Ha sido un reconocimiento increíble y encima tocando mi corazón cadista, cuando bajé al césped, vi a los brigadas amarillas, el ambiente del estadio, no pude remediarlo, me tiré de cabeza a besar el escudo”.

Después de que el año pasado se le hiciera miembro de la Cátedra de Flamencología de Cádiz, el cantaor encadena con el reciente homenaje dos reconocimientos seguidos por parte de su ciudad, de la cual lleva ya fuera más de un cuarto de siglo. Afincado en el sur de Francia desde hace muchos años y trabajando con la compañía Noche Flamenca al otro lado del charco, Manuel, a pesar de su circunstancia, se define como una persona que “intenta siempre disfrutar el momento que está viviendo, en lugar de añorar todo el rato un lugar en el que no puede estar”. “Yo siempre llevo Cádiz en mi corazón y cada vez que llego me la bebo a 'sorbitos', pero normalmente intento vivir el momento”, explica Gago, aunque no duda en aclarar que a veces, como es natural, siente nostalgia de estar con su familia.

El truco para poder llevar a cabo esta filosofía no es otro que hacer lo que ama; cantar, viajar, tener la tranquilidad que su hija está estudiando lo que le gusta y, sobre todo, poder compartir su trabajo con una compañía, Noche Flamenca, que “ya es prácticamente como una familia”, por la cantidad de años que llevan trabajando juntos. “Ahora estamos haciendo un espectáculo dedicado a Francisco de Goya, el pintor. Trabajo con Emilio Florido, Soledad Barrio que es una bailaora de Madrid, Salva de María... cuando trabajas con gente con la que te llevas tan bien y en algo que es tu pasión pues la ausencia de tus seres queridos es algo menos brusca”, cuenta el cantaor.

Al ser preguntado por el futuro a corto plazo, no son pocos los proyectos que se le presentan al gaditano. El viernes 6 de abril participó en el espectáculo Saltar.Es, del bailaor también autóctono de la ciudad Daniel Saltares. Poco más tarde volverá a cruzar el charco rumbo a Estados Unidos para reencontrarse con su familia de Noche Flamenca y continuar con su homenaje a Goya. Al igual que el cante, su vida se encuentra en un constante ida y vuelta entre continentes, pues habrá de volver a pisar suelo europeo para volar a Suiza, donde participará en la despedida de la bailarina Nina Corti, “una mujer muy fina y elegante, buena aficionada al flamenco”, cuenta Manuel, que formará parte del adiós de la danzarina junto a un elenco de intérpretes de música romaní. “Y ya luego sacarme el carnet de conducir”, comenta entre risas, aunque en su horizonte artístico se encuentra cerca de embarcarse en un nuevo proyecto discográfico. “La temática la tenemos y cuando podamos empezaremos a prepararlo, aunque hay que tener tiempo, hay que sentarse y escuchar mucho, hacer un proyecto, grabar...”

Su anterior disco, 'Vallejondo', es un homenaje a Manuel Vallejo, cantaor sevillano que fue galardonado con la II Llave de Oro del Cante. A ojos de Gago, este artista había sido poco recordado a lo largo de la historia: “Le hice mi humilde homenaje con todos mis respetos a un genio como fue Vallejo. Yo visualizaba su obra como si fuera un mueble de caoba que está en una habitación olvidado con un trapo lleno de polvo por encima, que cuando lo descubres y lo ves piensas: ¡Qué bonito! Pues así”. Manuel Vallejo, cantaor homosexual y de izquierdas, le tocó vivir tanto la dictadura de Primo de Rivera como parte de la dictadura franquista, hasta su muerte en 1960. “No lo mataron pero lo vetaron mucho artísticamente”, comenta Manuel, apenado al recordar la situación de una figura que, bajo su opinión, es una de las más importantes de la historia del cante flamenco.

Manuel Gago, artista de nacimiento, por nacer con el don del arte, y cantaor de profesión, tuvo sus inicios cantando por Nino Bravo, al que considera una de las mejores voces que tuvo el país. No fue hasta que su padre le puso un disco de fandangos de Antonio Núñez, El Chocolate, cuando empezó a interesarse por el flamenco. Fue su padre también el que lo apuntó a un concurso de cante por livianas, palo que se aprendió un día antes de la celebración del evento: “Tenía un disco de la casa Belter, todavía me acuerdo. Un mano a mano de Chocolate y Fosforito y este último cantaba por livianas. Me aprendí el cante un viernes y el sábado lo canté. El casting estaba cerrado pero claro, me vieron tan chico, con mi 'trajecito' puesto, me verían tan gracioso que me dejaron cantar. Las livianas las canté regular pero a la gente le gustó y me pasaron a la final, para la que me aprendí la Malagueña del Mellizo” Precisamente, fue en la Peña Enrique el Mellizo donde dio sus primeros pasos como cantaor, “allí eché mis dientes artísticos”, recuerda Manuel con cariño.

Cuando echa la vista atrás y se acuerda de la enorme cantidad de artistas que había en el siglo pasado, no puede evitar emocionarse al mencionar el eco y el sentimiento que tenía Manolo Caracol cantando, el cual “es uno de los que le araña las tripas”, su predilección por como hacía los cantes de Cádiz Aurelio Sellés, el genio de Juan Villar, la labor tan importante de Antonio Mairena, el dominio del compás de Vallejo y Pastora Pavón, la revolución que supuso aquel gitano rubio de La Isla de León, La Perla de Cádiz, La Paquera de Jerez... tantos artistas que conformaron su infancia y crecimiento flamenco. “De otras músicas disfruto mucho con Frank Sinatra desde pequeño, incluso fui a visitar su casa en cuanto tuve oportunidad. La música clásica y música étnica, otros artistas como Dyango...”, expresa Manuel para definir un repertorio de gustos musicales cuanto menos amplio.

Esta vista al pasado no le impide mirar con entusiasmo al panorama flamenco actual: “Decir que tiempos pasados siempre fueron mejores sería condenar el futuro sin conocerlo”, afirma el cantaor de forma elegante citando a Francisco de Quevedo. “Evidentemente el mundo ha cambiado. El contexto histórico lo ha hecho también, así que los artistas lo hemos hecho de la misma manera. Aún así ahora hay mucha gente haciéndolo muy bien”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios