Solemne sesión

Las músicas actuales entran con Javier Ruibal en la Academia de Bellas Artes de Cádiz

Javier Ruibal, fotografiado en el Gran Teatro Falla.

Javier Ruibal, fotografiado en el Gran Teatro Falla. / D. C.

Más de 230 años de historia (236 exactamente) contemplan a la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz, una institución que es patrimonio de la ciudad pero que en esta nueva etapa con el fotógrafo Pablo Juliá al frente mira también hacia el futuro con la apertura de la entidad a nuevas disciplinas y artes. Así, la entidad firma este jueves 2 de mayo un nuevo e importante capítulo con el ingreso en sus filas de todo un Premio Nacional de las Músicas Actuales de nuestro país, el cantautor Javier Ruibal.

De esta forma, a partir de las 19.00 horas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz se celebrará la sesión solemne y pública en la que el querido músico portuense, autor de la banda sonora de las vidas de no pocos gaditanos, será recibido como académico de número de la Real Academia de Bellas Artes. Un acto donde el artista leerá su discurso de ingreso que ha titulado Décimas para un discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz, lo que hace presuponer que Ruibal ha confeccionado un texto un tanto diferente a los habituales para entrar por la puerta grande de la institución.

En nombre de la Corporación, el discurso de Javier Ruibal será contestado por el Académico de Número José María Velázquez-Gaztelu, otra interesante incorporación de los últimos años con la que el flamenco, a través de la disciplina del estudio y la investigación, también entró en la bicentenaria entidad.

Tras ambas lecturas, la sesión, como es habitual, será clausurada por el presidente de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz, Pablo Juliá, que dirigirá unas palabras al auditorio que, a buen seguro, despedirá y recibirá calurosamente a uno de esos músicos prescritos y siempre recomendados por los propios compañeros músicos.

Méritos, de sobra

Admirado por la profesión, querido por el público, alabado siempre por la crítica, Javier Ruibal, además de alcanzar en 2017 el Premio Nacional de las Músicas Actuales, también es poseedor de la Medalla de Andalucía de las Artes, de un Premio Goya a la mejor canción original (Intemperie, para la película del mismo título) en 2020 y es autor de 13 discos publicados, el último ese Saturno Cabaret con el que hace bien poquito recaló en el Gran Teatro Falla de la ciudad.

Ya en alguna que otra ocasión el propio Javier Ruibal ha contado que piensa que llegó “tarde a la música” pues empezó a grabar con 27 o 28 años tras finiquitar una mili aplazada por esos estudios de Medicina, que no terminaría. Y es que Ruibal acabó abrazando lo que más quería, componer, tocar, cantar, pero se puso un plazo, si en 5 o 6 años no llegaba a vivir medianamente de su música, lo dejaba. Se engañó, ha llegado a reconocer, porque muy pronto lo único que le importó fue que hubiera un escenario donde subirse, cantar un rato y vivir con lo que le dieran. Pronto sólo importó hacer bien su oficio.

En su caso, eso ha significado recompensas en seguidores, en premios, en inspiración y canciones inolvidables para sus oyentes. También premios y reconocimientos. Que no en vano hoy se abren las puertas de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz para un músico siempre a la altura de la grandeza de lo popular y de la música culta. Un músico, pero también escritor (acuérdense de su Coraza de barro), con un universo creativo propio donde cabe Andalucía, El Magreb y El Caribe. Un músico bañado por todos los mares y arraigado a todas las buenas tierras.

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