Negro sobre negro

“Quería crear una novela negra con aroma de western crepuscular”

  • Marto Pariente acaba de publicar ‘Hierro viejo’ (Siruela), una obra ambientada en la España vacía que destila humor negro y personajes secundarios de enorme potencia

Marto Pariente, autor de 'Hierro viejo'.

Marto Pariente, autor de 'Hierro viejo'.

La novela criminal también puede tener una pizca de humor negro sin que chirríe lo más mínimo. Al contrario, la hace aún más atractiva. Marto Pariente (Madrid, 1980) lo ha conseguido con su última obra publicada: Hierro viejo, editada recientemente por Siruela y que es una delicia que los amantes del género deben leer inmediatamente. La historia, que podríamos describir como un western rotundo ambientado en la España profunda, nos plantea la vida y milagros de Coveiro, un viejo pistolero que, por cosas del destino, acaba como sepulturero de un pueblo de Guadalajara a la vez que cuida de su sobrino autista. Mientras sigue metiendo gente bajo tierra, esta vez de manera legal, intenta acabar su vida de la manera más tranquila posible. Pero no le van a dejar tranquilo. Y se van a arrepentir.

–¿Cómo nace Hierro viejo, era una idea que llevaba madurando hace tiempo?

–Nace como lo hacen todas mis novelas, un poco como una locura. Me pongo a ver qué soy capaz de crear, algo que me dé el aroma del western crepuscular. Porque la idea que yo tenía era esa, partiendo del cine del oeste, de ese subgénero que se crea cuando los actores de Hollywood se hacen mayores y el público sigue demandando sus películas, gente como John Wayne, o el mismo Clint Eastwood con Sin perdón, esa última cabalgada, esa última aventura de quien tiene la guerra perdida de antemano, que va a ir al infierno y lo tiene asumido, crear una vieja historia con los registros y los códigos de la novela negra pero en un tiempo actual. Ese era el reto, básicamente.

–Pues lo ha logrado con unos personajes muy potentes, no sólo Coveiro, que es el gran protagonista.

–Sí, cuando me puse a comentarla con mi cuadrilla llegamos a esa conclusión. A la gente le gusta mucho la pareja que forman los Bobbys o Doble Mickey, que es Miguel de Miguel, que está completamente como trastornado. Incluso la matriarca, que se aleja de la figura habitual y funciona igual de bien que ellos al ser tan malvada. Cuando me dicen que los personajes funcionan para mí resulta un halago y me da mucha alegría.

–La novela, dentro que es género negro, tiene una vis cómica tremenda.

–Hay escenas que es verdad que funcionan muy bien. Algunas me divertían mucho escribiéndolas. No es que sea una novela de humor, porque puedes contar una historia criminal, como hace Tarantino o las últimas de Guy Ritchie con The Gentleman, que son dramas pero le sacas una sonrisa a la gente. Son situaciones cotidianas que nos pasan a todos, como cuando llegas a un tanatorio y siempre aparece un tipo que te cuenta un chiste. Es la vida misma y eso, llevado al papel, es como yo trabajo las historias.

–Es fascinante cómo ha conseguido que cuando hablen los Bobbys, esta pareja criminalmente maravillosa, no se sepa quién pone voz en cada momento.

–Esa era la intención. Forman un matrimonio de sicarios, tampoco vamos a entrar mucho en detalles para no destripar la novela, pero el reto era que a los Bobbys, Bobby Él, Bobby Ella, a lo largo de toda la narración el lector no sepa si es él o ella quien habla, para que no demos por hecho ningún cliché, que no estuvieran definidos los roles, jugar, por decirlo de alguna manera, con los diálogos del matrimonios.

–También me gusta mucho esa parte en la que visitan la fábrica de salchichas. Ya se sabe que con las salchichas ocurre como con la política, que es mejor no saber cómo se hacen.

–Jajaja… sí, todo este tipo de productos, como la mortadela, que a mí me encanta, y que es mejor no entrar mucho en detalles. Pero es verdad que hay asuntos que hay que convertir en salchichas.

–¿Cuánto tiempo le ha costado poner en pie Hierro viejo?

–Debo reconocer que me ha costado sacarla adelante. Es la tercera novela que escribo pero la cuarta que publico, porque por circunstancias editoriales esta vio la luz más tarde. A la hora de crearla tardé más en pensarla que en escribirla. Se da la circunstancia que esta novela se escribió durante la pandemia. Me quedé con una sensación rara cuando la terminé. De hecho más de una vez me pregunté si no habría creado una locura que no pudiera ver la luz nunca, pero estamos viendo que no es así, de hecho la novela está gustando mucho.

–¿Le han ofrecido la posibilidad de llevarla al cine?, porque Hierro viejo es muy cinematográfica.

–Sí, no sólo esta, las anteriores también, me consta que se están moviendo por todas las plataformas, pero esto es un tiro muy largo. Me imagino que en un momento u otro le entrará por el ojo a algún director y podrá rodarse.

–¿Coveiro le surge de algún viejo vaquero de esos westerns crespusculares?

–Sí, tienes en mente a Dos hombres y un destino, Centauros del desierto..., tienes sobre todo a Eastwood, no sólo en Sin perdón, sino a sus últimas películas en las que sigue saliendo como protagonista. Es una historia crepuscular sin duda.

–¿Está trabajando en algún nuevo proyecto?

–Sí, ya estoy con la siguiente novela, no puedo avanzar nada porque aún está en pañales, pero seguimos en el centro del país, en Guadalajara, que es la zona que mejor me conozco, la que me he correteado, y el lector eso lo agradece, ver que estás hablando de lo que sabes. Es una novela muy diferente, creando una familia muy disfuncional, va a ser muy divertida también.

–El gran problema del Sur es el narcotráfico, pero no hay demasiadas novelas sobre el tema.

–Hay alguna sí. Yo recuerdo una que me gustó mucho que fue La reina del sur, de Pérez-Reverte. Pero sí que la zona del Estrecho de Gibraltar da para contar buenas historias.

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