El estado del Vapor de El Puerto sigue siendo crítico y ya ni siquiera importa que en su nueva ubicación, en el embarcadero construido en el paseo fluvial, quede al alcance de las mareas.
Ayer mismo quienes pasaban por la zona pudieron observar cómo el agua del Guadalete cubría lo que queda de la popa de la embarcación, que hace apenas unos días sufría un desplome, quedando el barco aún más en precario, si cabe.
El efecto del agua en la madera podrida vendrá a deteriorar aún más lo que queda de la nave, sin que nadie mueva un dedo. ¿Se lo llevará la marea y lo quitará de la vista de todos, como por arte de magia? A lo mejor alguien está esperando a que ocurra algo parecido para quitarse un problema de encima.
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