Cádiz CF

Una torpeza de Robert Navarro condena al Cádiz CF en Valencia (2-0)

  • La expulsión del extremo en el ecuador de la primera parte castiga a un equipo amarillo que es arrollado por el cuadro che y despierta demasiado tarde

Thierry remata de rabona ante Ledesma.

Thierry remata de rabona ante Ledesma. / Biel Aliño/Efe

El Cádiz CF se está malacostumbrando a tirar los partidos a la basura así por las buenas, sin competir. Una vez más, una acción irracional le impidió pelear por los puntos con un equilibro de fuerzas. La consecuencia fue la derrota (2-0) ante el Valencia que supuso la tercera consecutiva que confirma la nefasta negativa. No sólo no reaccionó sino que ofreció unas pésimas sensaciones, indignas de una escuadra que pretende continuar en Primera División salvo el arreón de los últimos minutos.

Robert Navarro tomó el testigo de Darwin Machís y una acción irresponsable suya echó por tierra el plan de un equipo que antes de quedarse con un jugador menos en el ecuador de la primera mitad ya estaba siendo atropellado por un rival que sí puso toda la carne en el asador, nada que ver con un Cádiz CF con poco apetito que salió a verlas venir y salió escaldado.

Con escaso margen de elección en determinados puestos, sí tenía varias posibilidades Sergio González para la banda izquierda y se inclinó por el extremo cedido por la Real Sociedad, titular después de no participar en los dos envites anteriores.

Los amarillos arrancaron con un 4-4-2 muy definido pero el muro sufrió una grieta a las primeras de cambio, como si hubiesen salido del vestuario sin los cimientos necesarios para hacerse fuertes desde el principio. En el minuto 3, Gayá se internó en el área por la izquierda como Pedro por su casa -se le escapó a Iván Alejo-, y solo delante de Ledesma dibujó una vaselina con la que superó con facilidad el guardameta para elevar el 1-0 al marcador.

El Cádiz CF sucumbió demasiado temprano a la presión de los locales, desatados en un comienzo arrollador. El partido se puso cuesta arriba sin apenas resistencia y con una notable diferencia de intensidad entre locales -enchufados- y visitantes -adormilados-.

Para poder ganar, los gaditanos estaban obligados a una firmar una gesta en forma de remontada. Tiempo había. El interrogante era si había argumentos. La realidad fue que no. Justo al cuarto de hora, el árbitro González Fuertes pasó por alto un derribo de Mosquera a Chris Ramos cuando el delantero buscaba el remate en boca de gol. Un penalti claro que ni siquiera fue considerado por el VAR.

Si a los gaditanos les costaba un mundo pisar el área contraria, la situación se puso tan fea como la noche lluviosa cuando Robert Navarro cometió un acto de imprudencia que le costó la expulsión de manera inmediata. El extremo no aprovechó la titularidad y se fue a la caseta en el 22 al ver la cartulina roja tras propinar un fuerte pisotón a Pepelu en la zona central. La medida disciplinaria no admite discusión. Fue una entrada dura merecedora de semejante castigo.

Una vez más, por segundo partido consecutivo, el Cádiz CF se quedaba pronto en inferioridad numérica. Para colmo, sin tiempo para asimilar el nuevo contexto, llegó el segundo tanto del Valencia. Para no perder costumbre, una vez más fruto de un error defensivo. En el 25, un despeje hacia atrás de Escalante dejo sólo a Thierry Correia, su remate de rabona lo rozó Ledesma y Hugo Duro, más rápido que los centrales, cabeceó el balón a puerta vacía para poner el 2-0.

Salvo una reacción propia de superhéroes, el encuentro quedó resuelto en 25 minutos y el amplio tiempo restante hasta el final derivó en un trámite para conocer el alcance de la derrota.

Dos goles de desventaja, un futbolista menos y barrido por un rival muy superior. El partido se convirtió en una tortura para el perdedor, que si ya estaba siendo inferior cuando estaba con once jugadores, con uno menos casi desapareció del mapa, merced a un adversario pleno de confianza.

Chris Ramos se ocupó de la huérfana banda izquierda. Se trataba de tapar huecos pero el Cádiz CF, obligado a atacar, apenas llegó al área local. Se mostró incapaz en una primera parte para olvidar.

El preparador cadista buscó soluciones para la segunda parte. Arriesgó con un 4-3-2 y la entrada de Lucas Pires y Álex Fernández. Una apuesta netamente ofensiva de máximo riesgo con la que tratar de llegar con vida a la recta final.

Los amarillos dieron un paso en ataque y dejaron muchos espacios atrás. Una especie de ruleta rusa que podía salir bien o mal. Quisieron ser valientes con una presión alta frente a un Valencia que pasó por momentos de descontrol sin saber muy bien qué hacer más allá de esperar con paciencia en su parcela.

La ligera mejoría de los visitantes no se tradujo en nada. El choque estaba sentenciado desde la primera parte. Chris Ramos protagonizó alguna galopada de mérito pero a la hora de la verdad nada incomodó la plácida noche de los locales.

Con Sergi Guardiola y Roger Martí buscó Sergio González frescura en punta, pero escasearon las llegadas al área más allá de algunos centros a balón parado. Sin tirar a puerta era imposible acortar distancias en el marcador.

Quien si remató y marcó en el 78 fue el local Yaremchuk pero su gol fue anulado por fuera de juego. El partido no tuvo historia en el segundo periodo. La clave estuvo en el primer acto.

Sobró la segunda parte y sobre todo los últimos minutos cuando el Valencia tuvo opciones de aumentar la renta. Para una ocasión que tuvieron los gaditanos, cayeron en fuera de juego en un testarazo de Sobrino en el 85 replicado por una gran estirada de Mamardashvili.

Quien de verdad tuvo el gol fue Lucas Pires en el 89 con un tiro colocado que el arquero local desbarató con una gran parada. De pronto llegaron las ocasiones. En el mismo minuto, el portero sacó un intento de Roger Martí y casi si respiro Javi Hernández tiró alto con todo a su favor. No aprovechó su momento el Cádiz CF en los instantes finales. En el 93, otro paradón del meta valencianista ante el remate de Sergi Guardiola.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios