Cádiz CF

El Cádiz CF, un coladero en San Mamés (4-1)

  • El conjunto amarillo, horrible en defensa, arranca la segunda vuelta con una contundente derrota que le mantiene en la dura realidad de la zona de descenso

Momo Mbaye entre dos jugadores del Athletic.

Momo Mbaye entre dos jugadores del Athletic. / Miguel Toña/Efe

El Cádiz CF sufrió un sonoro batacazo con el que firmó un pésimo comienzo de segunda vuelta. Cayó por un contundente 4-1 ante el Athletic de Bilbao en una noche para olvidar. El juego estético fue puro maquillaje en un conjunto blandengue que fue un auténtico coladero.

Ni siquiera aprovechó el equipo amarillo la media hora larga que jugó con un hombre más por expulsión de Yuri. Todo lo contrario, se estrelló contra un muro y recibió un gol, el cuarto, que desactivo su tentativa de reacción.

El Cádiz CF se mostró como un equipo tierno que sucumbió ante la eficacia de un rival con puntería. Se descompuso con errores de bulto en la parte trasera. Ofreció dosis de buen juego diluido por el empeño en hacer regalos y contribuir a la gran noche de Sancet autor de un triplete.

Los gaditanos inician la segunda vuelta en posición de descenso y con un aviso de lo difícil que van a tener el objetivo de la permanencia. Tomó el camino contrario y ofreció pinta de Segunda División.

Jugar fuera de casa equivale a montar un trivote con el que protegerse, como así entendió una vez más Sergio González, con el defensa Fali ubicado en la media el día del estreno como titulares de Gonzalo Escalante y Roger Martí.

Se cumplió a rajatabla el guión previsible con un arranque arrollador de los leones en busca de un gol tempranero que consiguió después de un intercambio de golpes porque los amarillos no se arredraron. Lo evitó Conan Ledesma en el minuto 5 tras regate y disparo de Nico Williams, Bongonda (en el 7) y Escalante (en el 9) avisaron con mucho peligro con sendos latigazos que se perdieron por muy poco (el tiro del argentino llevó el balón al poste), pero el que acertó en el 10 fue Sancet.

El esférico llegó al área cadista y el despeje de la zaga fue a parar al medio navarro, quien dentro del área soltó un potente derechazo por alto que se coló por la escuadra para poner el 1-0.

Se le complicó el partido al cuadro visitante desde el principio, aunque con tiempo para reaccionar. Se puso manos a la obra en busca del empate y arriesgó por momentos con una presión alta.

El Cádiz CF quiso la pelota y la tuvo. La tocó con criterio y hasta con brillantez, como en la jugada con la que equilibró el marcador en el minuto 25. Fue una acción de tiralíneas, de esas que gustan ver una y otra vez, con el balón sacado desde atrás y de lado a lado, la intervención de varios futbolistas y el gol como premio a la labor colectiva. Tras una secuencia de pases, el cuero llegó a la izquierda a Brian Ocampo, que se deshizo de De Marcos con un regate de fantasía, se internó dentro del área y sirvió para que Escalante, en boca de gol, se adelantase a Vivian para empujar al fondo de la portería. Un tanto de bella factura y un partido nuevo con el 1-1.

Cuando el parecía que el Cádiz CF iba a más. Estaba jugando bien, pero se desplomó en la recta final de la primera parte cuando dio todo tipo de facilidades a un adversario que no perdonó tanta dádiva. Recibió el segundo gol en el 35 de una manera absurda fruto de una cadena de errores propia de un patio de colegio mezclada con una pasividad impropia de un conjunto de Primera División.

Bongonda despejó mal desde la línea de fondo de su terreno, el balón llegó al área cadista, Momo Mbaye también despejó de forma defectuosa y ante la parálisis de todo el que vestía de amarillo, Raúl García asistió a Sancet y el medio marcó de placer con un remate frente a la portería. Inexplicable pero real: 2-1.

La nueva desventaja descompuso a los visitantes y salió a relucir una alarmante inconsistencia de una defensa que hizo agua por todos lados los leones desatados. Los locales enlazaron varias ocasiones y amenazaron con un tercer gol que lograron en el 43 en pleno derrumbamiento de los gaditanos.

Antes del 3-1, Ledesma evitó el triplete de Sancet con una gran parada en un mano a mano (en el 37) y poco después atrapó la pelota tras un disparo lejano de Muniain. Y también antes del 3-1, Vivian se anticipó a lo justo para impedir el remate de Roger solo ante Unai Simón.

Hasta que en el 43 llegó la tercera diana, firmada por Yeray con un cómodo testarazo dentro del área tras el saque de una falta. Demasiado fácil lo tuvo el zaguero, completamente solo para el 3-1 ante un Cádiz CF de que de poco le sirvió tener más posesión de balón ante su extreme debilidad en la retaguardia.

Los amarillos quedaron a expensas de una ración de épica en una segunda mitad en la que sufrieron las continuas acometidas de los locales, que no se conformaron con la renta adquirida en el primer periodo.

Le costó aparecer arriba al equipo de Sergio González. Luis Hernández estuvo cerca del gol en el minuto 53 pero su remate frontal se topó con un inspirado Unai Simón.

La ocasión fue una acción aislada nacida a balón parado, pero la vida le dio una nueva oportunidad a un Cádiz CF que se vio con un jugador más desde el minuto 57 cuando el árbitro expulsó a Yuri tras mostrarle la segunda cartulina amarilla.

La decisión inmediata del preparador cadista fue quitar a Fali del pivote defensivo e introducir a Choco Lozano. Más madera arriba. Era el momento de arriesgar al máximo, con el Athletic metido atrás y los foráneos dueños del cuero y volcados en ataque.

El dominio territorial no se traducía ocasiones y Sergio fue a la desesperada con todo eh hizo debutar a Chris Ramos y Sergi Guardiola dio entrada a Rubén Sobrino.

Guardiola se estrenó con un cabezazo que no encontró puerta por centímetros en pleno asedio de los amarillos. De nada valió el acecho. En un contragolpe mortal de los locales, no cortado con una falta táctica, Sancet dio la puntilla con un zapatazo inapelable delante de Ledesma. El jugador local completó una gran noche con un triplete que noqueó a los visitantes.

De nada sirvieron los cambios. El Cádiz CF bajó los brazos y se jugaron los minutos de la basura con todo decidido. Sobrino lanzó al poste en el 90. Ya daba igual.

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