Cádiz

La mejor fachada de la obra privada

  • La promotora de Enrique Arroyo rehabilita uno de los mayores edificios del casco antiguo

San Agustín esquina San Francisco y con fachadas por las calles Rosario y Valdeíñigo. Una parcela de unos 1.400 metros cuadrados de superficie ubicada por la que, originalmente, fue una única finca. Cuatro plantas de altura, con pisos de más de tres metros de alto, y una entreplanta convierten al inmueble en uno de los más impotentes del casco histórico de Cádiz. Su ubicación le da aún más potencia dentro de la trama urbana, convirtiéndolo en un referente en la plaza de San Agustín, en competencia con la sede de Unicaja, el viejo edificio de la Caja Postal y, por su puesto, el templo que da nombre a este espacio peatonal.

La finca protagonista de esta crónica se dividió en cuatro partes iguales hace décadas. Dos están ocupadas por viviendas, y ofrece un estado irregular, especialmente el gran patio interior; el cuarto que da a Valdeíñigo y San Francisco forma parte del patrimonio de la Junta, como antigua sede de la Delegación de Trabajo. Se encuentra cerrado, y sin un futuro claro, desde hace años.

La cuarta parte de la manzana fue adquirido por la promotora de Enrique Arroyo. La actuación, muy complicada de ejecutar, ya ha concluido pendiente de obtener la licencia de primera ocupación. De los trece pisos puestos a la venta, sólo quedan cuatro por sacar al mercado.

Como es habitual en las obras que realiza este promotor, el cuidado que se presta a todo el interior se traslada con igual interés a la fachada del edificio. Aquí, se ha recuperado la piedra ostionera, que se ha tratado con un producto especial para mejorar su protección, en la planta baja, que será ocupada por una Notaría, y el entresuelo. La piedra está también presente en muchas de las viviendas y en la escalera del inmueble, integrándose en ellas como un peculiar elemento decorativo.

"Aunque el edificio, que estaba muy mal conservado, no ofrecía muchos elementos arquitectónicos para conservar siempre hemos apostado por recuperar elementos con un valor histórico. En este caso, por ejemplo, hemos comprado un portón de caoba para emular las antiguas casapuertas. Mientras que se ha instalado un dintel con piezas que pesa cada una 300 kilos", destaca Darío Arroyo, que como en otros proyectos ha dirigido el diseño de toda la obra.

Sí se han podido recuperar algunas columnas de mármol que permanecían ocultas y, sobre todo, se ha recuperado el patio principal de la fincas, durante años ocupado por la entidad bancaria que funcionaba en la planta baja del inmueble.

Los cuartos de servicio (luz, saneamiento, basura) permanecen ocultos tras unas mamparas que dan continuidad al diseño elegido para los espacios comunes, mientras que se ha elegido el mármol para el suelo del patio principal, con un diseño muy particular, así como en cada una de las viviendas.

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